
Hijos Míos, no hay mejor arma para vencer el mal que vivir en estado de gracia, porque la luz que tenéis de Mi Santo Espíritu, deslumbrará al pecador y al que trate de cambiar Mi santa doctrina y hacerla a su antojo.
Hijos Míos, lo mismo que la sangre de mis primeros cristianos-mártires, fue simiente de más cristianos, así actuará la vida divina de las almas que viven en estado de gracia, que salvaran Mi doctrina, Mis leyes, y Mi Santa Iglesia, por eso hijos, os pido una exhaustiva confesión general donde os limpiéis de toda clase de inmundicias que hayáis hecho en vuestra vida pasada en pensamientos palabras, obras y deseos. Yo, Jesús, os hablo.
Mis cristianos de los últimos tiempos tienen que ser santos en todas las dimensiones, porque son soldados preparados para la gran batalla contra el mal, y os aseguro que será dura, porque ya veis hijos Míos, como cada día el mal toma terreno, pero para que seáis soldados eficientes la condición necesaria es que viváis en estado de gracia y seáis vosotros los primeros que hayáis erradicado de vuestras vidas y almas el pecado, porque si estáis adosados a algún pecado o vicio estaréis ya debilitados e inoculados por el mal, de ahí, que tenéis que ser cada vez más virtuosos, sacrificados y santos. Yo, Jesús, os hablo.
Pero hijos, no os aflijan vuestras flaquezas, debilidades y caídas, Yo se de sobra vuestra condición. Se que muchos caéis siempre en lo mismo, no os censuro el que caigáis, solo que debéis intentar poner (más) de vuestra parte para no caer y, lavaros en el Sacramento de la Penitencia cuantas veces sean necesarias. Así pues hijos Míos, hijos de la luz, las tinieblas es a vosotros a los que temen en esta batalla, no es el erudito, el alto cargo, el bien formado el que ganará, sino el que sea santo, según Mis leyes y según Mi voluntad. Yo, Jesús, os hablo.
Y así una persona analfabeta que cumpla Mis leyes aunque no se haya formado, será el terror de los demonios y de Mis enemigos, porque la luz de su alma los vencerá más que si diera una gran conferencia hablando sobre el Mal y sus consecuencias. Tomad pues nota, que el anciano, el niño, el adolescente, el hombre, la mujer, todos Me son necesarios para esta batalla que ganareis única y exclusivamente los hijos de la luz o lo que es lo mismo, quien viva en estado de gracia. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo y os doy Mi paz celestial.
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