
Hijos Míos, almas amadas de Mi Divino Corazón, este escrito va dirigido a las almas que Me han donado su vida consagrándose a Mí a través de su Orden religiosa o Instituto, o a través del sacerdocio. Yo os pido, hijos Míos, que empleéis más tiempo en rezar, porque muchos de vosotros os estáis relajando demasiado y sin daros cuenta os está invadiendo el espíritu del mundo, desterrando de vuestras almas a Mi Santo Espíritu.
Debéis de ver menos los medios de comunicación y dedicaros más a la Santa Biblia, para que vuestras homilías y consejos sean de origen divino y no de criterios mundanos.
Muchos de vosotros sabéis que tenéis que enmendaros pero os cuesta hacerlo y vais dejando compromisos espirituales que Me ofrecisteis. Así que hijos e hijas consagrados a Mí, haced más oración, más rezos y vivid más la vida sobrenatural. Yo, Jesús, os hablo.
Os quejáis de que no hay vocaciones y Yo Me quejo de que vuestra vocación se puede malograr si no la protegéis con la oración, por eso, no os relajéis tanto y procurad alimentar más y mejor a vuestras almas que las tenéis desnutridas. Yo, Jesús, os hablo.
Un sacerdote que no haga oración se le notará en todos sus movimientos, en todas sus acciones y eso lo advierten Mi fieles cristianos. Y un sacerdote que no haga oración no tendrá credibilidad ante sus feligreses porque lo verán más como funcionario que como un siervo de Dios, y de ahí, que vuestras parroquias cada vez estén más vacías, más desiertas, porque vuestro ejemplo no les atrae. No ven en vosotros a Dios, la imagen de Dios Altísimo, y os ven, como se ve a un trabajador más. Yo, Jesús, os hablo.
No dejéis el rezo del Santo Rosario, no dejéis las horas canónicas, no dejéis el Ángelus, ni nada que sea elevar vuestra alma a Dios Altísimo, porque si vais dejando rezos, al final no daréis a vuestra alma alimento suficiente para que crezca en santidad, o lo que es peor, para que no muera. Y cuando el alma está debilitada a punto de morir, Mi enemigo mortal entra en acción atacándoos con toda clase de tentaciones. Recordad el Evangelio, vienen a morar a el los demonios porque ven la casa limpia y aseada. Así que hijos, asegurad las puertas de vuestra alma con cerrojos invencibles, y ninguno mejor, que la oración y el Santo Rosario. Y lo que hoy digo a religiosos, religiosas y consagrados, también lo digo para Mis seglares que decidieron vivir dentro de su estado, una vida de entrega y amor a Mí. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario