El instrumento antes de comenzar dice:
Alabado sea Dios
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Sea por siempre bendito y alabado. Alma de Dios, soy Miguel Arcángel, el Ángel que se opone al demonio. Me comunico contigo para decirte que debes ayudar a las almas todo lo que puedas, sin perder un solo instante en hacerlo. Con propaganda, con oración, con sacrificios, con misas, con sacramentos. Porque si no das de comer a un alma pudiéndolo hacer, esa alma puede ser de Satanás eternamente.
El Redentor te dará Su gracia y obrará en ti en todo momento. Ya se que estas pensando que te faltan fuerzas, pero ya te he dicho que el Redentor te las dará, por tanto, no pierdas el tiempo ni el instante que tengas para ayudar a un alma, ese instante puede no presentarse más en esa alma y, perderse la ocasión de que se reconvierta. Yo, Miguel Arcángel, el Ángel que se opone al demonio, te habla.
Este mensaje que te dirijo a ti, va también para todos aquellos que reciben los mensajes y que viven su vida apostólica en estrecha unión con Cristo, ellos también deben de aprovechar cada ocasión y cada instante que se les presente para tratar de reconvertir a un alma, y según vuestras disposiciones, el Señor obrará y dará frutos. Yo, Miguel Arcángel, os hablo. La paz de la Santísima Trinidad y el amor de María Santísima estén siempre con vosotros.
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