Hijos Míos, Soy el Hombre Dios. No hay en la Tierra ni en la historia de la Humanidad quien Me iguale en dignidad.
Yo Soy el Hijo de Dios Altísimo, y quien cree esto, está en el camino de la salvación eterna. Porque el primer paso para ir hacia el Cielo es reconocerme como Dios, ya que quien esto cree, está inspirado por Mi Santo Espíritu y debe vivir y actuar conforme lo que cree de Mí. Porque si creéis que Soy Dios y luego no Me tratáis como tal y no cumplís Mi doctrina, vuestra necedad no tiene limites. Yo, Jesús, el Hombre Dios, os hablo.
Hijos Míos, pensáis que vivir en Mi doctrina es vivir duramente, pero no, no es así, quien conoce el Evangelio y lo pone en practica, vive en paz continua y vive en la esperanza de que un día dejará
Pero quien vive fuera de Mi Evangelio ese si que se le hace dura la existencia terrenal, pues aunque aparentemente parece que vive mejor sin sacrificio alguno, no es así, porque en su interior le falta la paz divina que solo Yo otorgo y, no se sacia de buscar placeres que le hagan feliz, y como no termina de encontrarlos, rompe el matrimonio o pone su felicidad en tener bienes terrenales que nunca le llenaran el alma porque no son bienes del Cielo. Yo, Jesús, os hablo.
Quien vive Mi doctrina es dichoso porque aunque padezca tribulaciones sabe que esas tribulaciones serán para más corona en la otra vida y sabe que todos los sinsabores de esta vida les servirán para alcanzar más meritos en la eternidad, y esta esperanza, le ayuda interiormente en esta vida, aunque exteriormente, padezca tribulaciones. Yo, Jesús, os hablo.
Por eso hijos Míos, si creéis que Yo Jesús de Nazaret Soy el Hombre Dios poned en practica Mi Evangelio. Vividlo tal y como Yo os lo enseñé, sin quitar ni añadir nada y, veréis como pago a las almas que en esta vida Me honran como Dios y Señor de todo lo creado y practica Mi santa y sabia doctrina. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz sea siempre con vosotros.
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