Los niños son los hombres del futuro, y ellos, integrarán la sociedad, y la sociedad será lo que los niños sean de mayores. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Pero hijos de Dios, a los niños cada vez se les educa peor. Creéis que quererlos es no negarles nada. Los dejáis en sus habitaciones con sus ordenadores y juegos horas y horas, sin que nadie los vigile, ni se sepa que hacen. Esos niños en ese aislamiento están siendo presa de Satanás que se ocupa de prepararlos para que en su momento sean sus colaboradores en los planes de destrucción de la Santa Madre Iglesia.
Los padres con tal de que los dejen tranquilos no los vigilan, y allí, en la soledad de sus habitaciones, esos niños, reciben de parte del enemigo toda clase de ideas y conceptos malos y, se están formando en su propio hogar verdaderos delincuentes y personas sin moral alguna. Yo, Espíritu de Dios, os hablo.
Son cada vez más los menores que no tienen fe y que toman la religión con burla. Cada vez más los niños (menores) pierden la inocencia, están llenos de malicia, de ideas obscenas, de deseos insanos, impuros y violentos. Este mundo está creando a una generación monstruosa, pues hoy en día un menor es a veces más temible que un adulto, así que hijos de Dios, tomad conciencia de esto y educad a vuestros hijos en el temor y amor a Dios y en el servicio a los demás.
¡Ay de aquel que por falta de educación a sus hijos los malogren en el plan de salvación de Dios! ¡Ay de aquel! Padres y madres más preocupados de sus roperos, de sus coches que de la buena formación de sus hijos. Tenéis que reprenderles, que corregirles, que CASTIGARLES. Hoy en día no queréis castigar a vuestros hijos, pero un castigo adecuado puede ser muy beneficioso en su formación. Tenéis que enseñarles moral, respeto a lo ajeno, honradez, que no roben bajo ninguna forma, y se os pedirá cuenta de cómo habéis educado a vuestros hijos, no de los juegos que les comprasteis, o de los sitios que les habéis llevado a visitar. ¡Padres! esos hijos que os ha dado Dios tienen que regresar a Dios, y vosotros, lo dejáis a merced de Satanás porque no les aclaráis conceptos sobre la moral y la honradez. Os digo que vuestro castigo será tremendo si no lleváis a vuestros hijos por caminos de salvación, porque ellos mismos os acusarán ante el juicio Dios de la mala educación que le distéis. Yo, Espíritu de Dios, os hablo y os prevengo. La paz de la Santísima Trinidad esté con todos vosotros.
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