Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

05 julio, 2010

Hijos Míos, tratad de reconocer vuestras miserias para que Mi misericordia os alcance

Argumentos y más argumentos dicen los pecadores empedernidos para disculpar su situación. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, parece que cuando Me tratáis olvidáis de que Yo Soy Dios y Señor, Dueño de las almas y Vuestro Redentor, pues hay quienes vienen a Mi Sagrario esporádicamente y se pasan todo el tiempo disculpando sus caídas, sus repugnantes vicios, sus corruptas costumbres. Yo, Jesús, os hablo.

Y en el poco tiempo que están en Mi Santa Compañía, no escucho una sola palabra de alabanza y reconocimiento hacia Mí, Su Redentor. ¡Que dolor! Son como fariseos que hablan solo de sí mismos y se disculpan de sus vergonzosas caídas pero no Me piden ni una sola vez perdón, ni favor para superarlas. Yo, Jesús, os hablo.

¿Pensáis que no conozco los corazones y las situaciones que os llevan a pecar? Debéis pensar eso, pues sí hijos Míos, Yo conozco esas situaciones y vuestros corazones y, se muy bien de que material estáis hechos. Yo perdono al pecador una y otra vez, pero necesito ver arrepentimiento y compunción por sus pecados, pues hay muchos de vosotros que cuando vais a Mi Sagrario, ni veo dolor de sus pecados, ni arrepentimiento. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, tratad de reconocer vuestras miserias para que Mi misericordia os alcance. Si no os reconocéis pecadores, si no reconocéis que estáis endeudados Conmigo ¿cómo puedo perdonaros? Así pues, hijos Míos, acudid a Mi Santísima Madre que también es Vuestra y pedidle que no os hundáis en la inmundicia de vuestros pecados, para que con vuestra disposición, Su favor y Mi gracia, podáis salir airosos de las garras de Satanás. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz y Mi amor estén con todos vosotros.

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