Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

12 julio, 2010

Doblad vuestras rodillas ante Mi Sagrario en oración y penitencia

Sacerdotes de estrecha entrega busco en todo el planeta para dotarlos de Mis gracias y dones. Yo, Jesús, os hablo.

En estos tiempos de apostasía y de relajación espiritual, Yo, Jesús, busco por toda la Tierra sacerdotes que vivan en estrecha unión Conmigo. Sacerdotes que estén tan configurados Conmigo que como dijo Mi Apóstol Pablo, no sean ellos los que vivan en sí, sino que sea Yo el que viva en ellos. Yo, Jesús, os hablo. Un sacerdote que viva su ministerio entregado a Mí, olvidándose de sí mismo, de su reputación, sin respetos humanos, con honradez y rectitud, es un gran apóstol en su entorno, aunque no se lo proponga, pues sus feligreses cuando lo vean y lo observen, dirán: este sacerdote es de Dios y palparán su entrega en sus almas de tal forma, que las evangelizará sin ni siquiera (él) saberlo, porque seré Yo quien obre por su medio y alimente y edifique a las almas. Yo, Jesús, os hablo.

Se hijos Míos sacerdotes, que muchos de vosotros que leeis estos comunicados, quisierais ser esa clase de sacerdote que Yo busco y, sentís que no lo seáis. Pedidme para que lleguéis a serlo, pedídmelo a Mí y a Mi Santa Madre una y otra vez, y a base de pedírmelo, obtendréis lo que pedís, porque ya el deseo de querer ser un santo sacerdote, os predispone a que Mi gracia os haga más pronto efecto. Yo, Jesús, os hablo. Al terminar cada día, ofrecedme antes de acostaros, en vuestro examen de conciencia, vuestros fallos y caídas de ese día, vuestras miserias y limitaciones. Presentádmelos como preciados dones que son para Mí, puesto que eso es lo que tenéis y Yo los aceptaré como si fueran los dones que Me trajeron los Reyes Magos, porque cada cual da lo que tiene, y si tenéis caídas, miserias, eso es lo que tenéis que darme y pedirme cada día que las superéis con Mi gracia.

A veces conviene que esas miserias persistan (siempre que no sean pecados graves) para manteneros en humildad, virtud tan apreciada por Mí. No os desalentéis ante vuestras miserias, Yo sé también el deseo de vuestro corazón de superaros, e intentad poner todo lo que esté de vuestra parte y el resto, hijos Míos, lo haré Yo. Yo, Jesús, os hablo.

Doblad vuestras rodillas ante Mi Sagrario, en oración y penitencia. Rogadme por las necesidades espirítuales del mundo y de las almas y pedidme cada día que vuestra entrega y configuración Conmigo, sea más estrecha y más eficaz. Yo nunca desoigo una oración que Me pidan vivir en estrecha unión Conmigo. Yo, Jesús os hablo y os instruyo. Mi paz alcance a todo aquel que cree y ponga en práctica estos mensajes.

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