Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

30 junio, 2010

Quien celebra tibiamente, tibiamente recibirá y tibiamente serán sus frutos, porque según el corazón de cada sacerdote, así serán sus frutos

Sacerdotes de intenso amor a la Eucaristía son necesarios para la salvación de las almas. Yo, Jesús, os hablo. Hijos Míos, no solo es necesario celebrar la Santa Misa cada día, aunque debéis hacerlo, sino que la Misa debe ser celebrada con gran amor hacia Mí, Víctima expiatoria, y con gran fe hacia el misterio que celebráis y por el cual a través vuestro Yo Me ofrezco al Padre Eterno y, se hace posible la transubstanciación. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, una Misa celebrada con ardiente amor hacia Mí y a las almas, es un bien inmenso en el Cuerpo Místico, y una Misa así salva a muchas almas de la condenación eterna, porque si bien Yo Soy la Victima y vosotros Me representáis, vosotros debéis poner de vuestra parte amor y fe para que la Misa aproveche mucho más a vosotros y a las almas. Yo, Jesús, os hablo.

Quien celebra tibiamente, tibiamente recibirá y tibiamente serán sus frutos, porque según el corazón de cada sacerdote, así serán sus frutos y, el amor que cada uno lleve en su corazón hacia Dios, repercutirá en las almas. Esto vale también para los seglares en sus obras apostólicas. Quien se busca a sí mismo, pocos frutos obtendrá y en muchos casos ninguno, porque se los llevará Mi enemigo mortal, pero quien ama a Dios de todo corazón y hace obras apostólicas, el amor a Dios hará que sus obras sean fructuosas, porque las obras hechas con amor y por amor son las que benefician a las almas.

Hijos Míos sacerdotes, la Misa es el acto principal de vuestro día y de vuestro ministerio, celebradla con fervor, con fe y amor, sin negligencias, sin prisas, ya os lo he dicho otras veces pero nunca está de más repetíroslo. Celebrad en condiciones, en las debidas disposiciones tanto exterior como interiormente. Celebrad como Yo mismo lo haría, ofreciendo a Mi Padre Eterno el sublime sacrificio de la Cruz actualizado en la Santa Misa. Yo, Jesús, os hablo. No os olvidéis de invocar a Mi Santa Madre en cada celebración y considerarla, porque Ella estuvo Conmigo al pie de la Cruz y sigue estando en cada Misa que se celebra, Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz esté con todos vosotros.

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