Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

27 agosto, 2011

La humildad le repele al diablo de tal forma que a un alma humilde le cuesta acercarse

Nadie debe decir de ese agua no beberé, porque hijos, os va a sorprender muchísimo cuando padezcáis pruebas el grado durísimo de las mismas, tanto que solo por Mi santa gracia y el favor de Mi Santa Madre, podréis salir airosos. Yo, Jesús, os hablo.

No creáis que estáis preparados para soportar lo que va a venir, no hijos, no. Ved como Mis apóstoles que Me amaban, que habían convivido Conmigo, salieron espantados a la hora de la prueba durísima que padecieron cuando prendieron a su Maestro, que para ellos era su vida, y como niños, tanto dependían de Mí. Pero el miedo, el pavor, la pena, hicieron que se acobardaran hasta tal punto, que algunos lloraron arrepentidos esta vileza de por vida y Mi apóstol Pedro que tanto Me amaba hasta blasfemó. Hijos no os creáis preparados para la prueba porque no lo estáis, así que acogeros y uniros más a Mi Santa Madre y vivid con más disciplina y oración. No deis a vuestro cuerpo tanto gusto ni a vuestro yo, negaros a vosotros mismos, no os améis tanto, y esto será ya una predisposición muy positiva para superar la prueba. Porque hijos, en las pruebas que padeceréis, Satanás actuará con saña hacia vosotros y os sugerirá: suicidios, crímenes, blasfemias, robos y destrucción. Yo, Jesús, os hablo.

Y hablo a Mis almas fieles, a los que Me dan cada día amor y entrega, así que si esto pasará con Mis almas fieles, imaginad lo que sucederá con los que no quieren tomar parte Conmigo. Yo, Jesús, os hablo.

La fuerza de Satanás será implacable y sobre todo para con los sacerdotes que los inducirá al pecado, a renegar de Dios, a blasfemar, y a profanar los sacramentos. Hijos, sed humildes, muy humildes, sacerdotes y seglares, grandes y pequeños, porque la humildad le repele al diablo de tal forma que a un alma humilde le cuesta acercarse porque odia la humildad, virtud que el nunca tuvo, ni practicó. Yo, Jesús, os hablo.

No confiéis en vosotros mismos, no os creáis incapaces de blasfemar o de apostatar, no os creéis incapaces de venderme, porque os digo, que si supierais hasta que nivel de degradación podríais llegar en la prueba, pediríais la muerte antes que ser probados. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz sea a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario