Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

07 febrero, 2011

Yo, Jesús de Nazaret, Soy la Luz del Mundo, de las almas, de las naciones y de todos los pueblos y generaciones


Hijos Míos, Yo Soy la Luz del Mundo y quien viene a Mí no andará en tinieblas (Jn 8,12). Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, las almas caminan en tenebrosas oscuridades y en errores de muerte eterna, Yo Soy luz para todo aquel que se Me acerca, y quien lo hace y gusta de Mis delicias, ya no quiere abandonarme. Por eso, hijos Míos, todo el esfuerzo de los sacerdotes, de los apóstoles, de los verdaderos cristianos, debe ser acercar a las almas a Mí, para que en Mí encuentren la luz que necesitan para caminar en Mis sendas y no perderse eternamente. Todo lo que se haga por acercar las almas a Mí, Dios de bondad, de paz, de amor, siempre será bien pagado por Mi Padre Eterno que os envió a su Unigénito para que las almas Me conocieran y anduvieran por las sendas verdaderas de salvación. Y digo verdaderas, porque aquel que anda haciendo obras buenas si no las hace en comunión Conmigo, puede estar en el error y confundir más que evangelizar. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, tenéis que leer Mi Evangelio y meditarlo, pidiendo luz a Mi Santo Espíritu para que comprendáis su mensaje. Sin quitar, ni añadir nada, sin criterios personales, porque el Evangelio está escrito para que lo entienda todo aquel que se ponga a leerlo con el deseo de encontrar luz y verdad.

Así que hijos, tened en vuestras mesitas de noche, en vuestros despachos, en vuestros bolsos, un Evangelio y leedlo. Alimentaros con Mi divina palabra y tratad de que ella os sea propicia en el alma.

Confesad vuestros pecados con humildad. Con sencillez, sin rodeos, sin disculparos, habéis pecado y tenéis  que reconocerlo ante el tribunal de la confesión donde el sacerdote Me representa y, cambiad de vida alejándoos no solo del pecado, si no de la ocasión de pecar, apartándoos de todo aquello que os puede hacer pecar y venid a Mí, hijos queridos de Mi Corazón, porque Yo, Jesús de Nazaret, Soy la Luz del Mundo, de las almas, de las naciones y de todos los pueblos y generaciones por siempre jamás. Yo, Jesús, os hablo y os lo pido, Tened Mi paz y Mi bendición.

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