Los instrumentos del Cielo son personas escogidas por Mi Espíritu Santo para hacerlas portavoces de nuestros deseos y planes de salvación. Porque Dios a lo largo de toda la historia de la Humanidad , ha escogido instrumentos para comunicarse a través de ellos y, son personas preparadas para ello desde hace tiempo. No tienen nada especial que les haga resaltar, pero el corazón de los instrumentos y sus disposiciones, solo lo conoce Dios, por eso, un instrumento de Dios no tiene nada de especial en lo exterior, y en lo interior, ni ellos mismos se conocen. Yo, Jesús, os hablo.
Un instrumento verdadero de Dios se puede reconocer por la preferencia que de a la Eucaristía , porque Mi Santo Espíritu a un alma que vaya a ser Su instrumento, lo primero que le hace es comprender con sus divinas luces, la grandeza de la Eucaristía. Estas personas, unas veces hombres, otras mujeres, están escondidas en una vida corriente, común a cualquier otra persona de su entorno, y no hay nada extraordinario en ellas que hagan pensar que son instrumentos de Dios. Ni su aspecto físico, ni su forma de ser, ni su modo de relacionarse, aunque pueda haber excepciones en algunos casos. Porque Dios no quiere que Sus instrumentos tengan notoriedad alguna y desea que vivan en sencillez, para que lo que reciben, no sea para gloria de ellos, sino para gloria de Dios y bien de las almas.
Quien acepta y respeta a un instrumento verdadero de Dios, es para Mí de gran agrado y Me gusta que se le tenga consideración, porque lo que reciben no es de su voluntad sino de la Mía. Eso no quiere decir que debéis aceptar todo lo que dice, pues hay que reflexionar en los mensajes y saber discernir a la luz del Evangelio que son auténticos mensajes divinos, aunque vengan manifestados en un lenguaje vulgar y cotidiano propio del instrumento. Todo mensaje que no concuerde con el Santo Evangelio, es desechable, por tanto, ahí tenéis la medida con la que deben medirse los comunicados.
Dios es Amor y ama a todos las criaturas, aunque no sean buenas. Los instrumentos que hablan de personas concretas descubriendo sus pecados o defectos, no son verdaderos sus comunicados, porque Dios denuncia el pecado pero no al pecador, y no pone en entredicho la fama, ni reputación de nadie. ¡Ay de vosotros escribas y fariseos! dije en Mi vida pública, pero no dije nombres concretos, y en esos tiempos también había escribas y fariseos que amaban verdaderamente a Dios. Cuando un instrumento autentico, escogido por Dios habla o señala a alguien para poner en entredicho su reputación, debéis desechar ese mensaje o analizarlo minuciosamente, porque Mi enemigo mortal también se mete en (lo que dice) para contaminarlo o malograr los planes de Dios. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz sea con todos vosotros.
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