Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

01 abril, 2010

Ellos tienen el poder de atar y desatar, pero ese poder no les pertenece, el Cielo se lo ha dado

Los obispos son la máxima autoridad de la Jerarquía y ellos están destinados aprobar o desaprobar Obras que se le presenten, sean buenas o no lo sean. Un obispo debe ser prudente cuando alguien le pida aprobación para una Obra de Dios. El aunque personalmente la crea debe ser cauto y estudiar bien lo que se le pide. Mal obispo seria si inmediatamente aprobase cualquier Obra.

Pero su cautela no debe exceder hasta el punto de que todo lo vea negativamente e innecesario, porque cuando Dios pide algo por el medio que sea, el obispo debe saber discernir si lo que Dios pide es necesario en ese momento o no.

Ellos tienen el poder de atar y desatar, pero ese poder no les pertenece, el Cielo se lo ha dado, y de ahí, que ese poder deben ponerlo al servicio del Cielo y no mezclar su criterio humano con el criterio sobrenatural que deben tener para aprobar o desaprobar una Obra de Dios.

Es una situación muy delicada para el obispo y debe echar horas de oración al asunto, porque si la Obra es de Dios, Satanás intentará persuadirle de que no es necesaria y puede llegar incluso a posponerla. Yo, Soy Jesús quien te habla, Dueño y Señor de las almas y también de los obispos.

Ellos son Mis servidores, no del mundo sino Míos y Mis intereses deben tomarlos muy en serio, ¡Ay del obispo que por negligencia no haga lo que el Cielo le pide! Porque puede que su nombramiento se le haya dado precisamente para ese asunto, de ahí, que el obispo debe orar y pedirme luz y consejo para dar el paso más acertado y según Mis planes divinos. (...) Yo, Jesús, te hablo. Mi paz esté contigo y con tus seres queridos.

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