Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

15 enero, 2010

Todas las almas son para Mí de gran valor y las amo sin medida



Luces celestiales y entendimientos sobrenaturales doy a almas que Me son fieles y se esfuerzan por serlo. Yo, Jesús, os hablo.

Cuando un alma vive entregada a Mí y Me honra con devociones, sacramentos, la Santa Misa y todo aquello que le ayuda a crecer espiritualmente, y a la vez, son almas preparadas para que la semilla de Mi Santo Espíritu fructifique en ellas, Yo no puedo contener Mi amor y Mi Corazón Divino se desborda y las favorezco con dones y gracias gratis que son como un incentivo por la vida espiritual que llevan y un adelanto de la Vida Eterna. Yo, Jesús, os hablo.

El alma que se desprende de sí misma y Me antepone en todo en su vida, Yo la bendigo con creces, porque esa alma, ya en potencia está gozando de la eternidad, pues la Vida Eterna es un éxtasis eterno y una apertura a todos los misterios de vuestra fe y a todas las cosas que con mente humana no se pueden comprender, pues Yo Soy el Consolador de las almas y Mi Santo Espíritu le da luces sobrenaturales que le ayudaran a caminar más y mejor hacia la eternidad. Yo, Jesús, os hablo.

Quien Me ama real y verdaderamente, sin doblez, sin intereses personales, sin hipocresía, Yo le doy gracias para que guste -en cierto modo- una pizca de lo que es el Cielo, y la favorezco, por su esfuerzo y amor hacia Mí y, por haberme antepuesto a todo lo que le rodea y a sus intereses personales.

No todas las almas que llevan vida de santidad tienen el corazón desasido de intereses, solo Yo conozco los corazones y sé cuales son los que laten solo por y para Mí, pero las almas que viven y caminan en Mis sendas, aunque no reciban gracias especiales, no quiere decir que no lleguen a gozar la Vida Eterna. Hay otras almas que si bien son rectas les falta fe y no creerían en cosas sobrenaturales, pero esas almas son conocidas sólo por Mí y sólo Yo se quienes son.

Otras almas que viven en sendas divinas, por su debilidad, les doy también dones extras y gracias especiales para mantenerlas en los caminos de Dios, pues son almas tan pequeñas que las tengo que sobre alimentar espiritualmente, para que su pequeñez, no les haga sucumbir. Pero hijos, Yo amo a todas las almas hasta la saciedad, Mi amor por cada alma solo lo conoceréis en el Cielo. Yo amo a todas, a todas sin excepción, aunque por Mi gran sabiduría haya almas que tenga que tratar de diferente forma, todo para hacerlas crecer en santidad, todo para que tengan más méritos, pero todas, hijos Míos, todas las almas son para Mí de gran valor y las amo sin medida. Yo, Jesús, os hablo y Me comunico con vosotros.

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