Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

07 noviembre, 2011

Los sacerdotes no deberían beber de otra fuente que de Mi Pasión y allí encontrarían toda clase de luces para las almas

El Hijo del Hombre fue el Ser de este Planeta que más ha sufrido en todos los aspectos, físico, moral y espiritualmente. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, pocas son las personas que llegan a comprender este gran misterio, porque solo las almas que suben conmigo al Calvario y que entienden el valor del sufrimiento, son las que comprenden el sufrimiento atroz que en todos los aspectos tuve. Yo, Jesús, os hablo

Mi Santo Espíritu comunica a las almas que Me aman, y Me siguen -a pesar de todo en sus vidas- este misterio de amor tan grande que fue el sufrimiento con el que os redimí, y ya os he dicho que meditar en este misterio es un alimento inmenso para vuestras almas, que necesitan nutrirse con la verdad de Mi existencia y de Mi gran dignidad como es Mi Divinidad. Yo, Jesús, os hablo.

Los sacerdotes no deberían beber de otra fuente que de Mi Pasión y allí ellos encontrarían toda clase de repuestas a muchas preguntas y toda clase de luces para las almas, porque en Mi Pasión está todo el compendio del Evangelio y Yo fui el primero en vivir Mi propia doctrina tal y como os la enseñé y, el Padre Eterno Se complació por haber sido el ejemplo viviente de la doctrina que Me mandó daros y haber sido el primero en vivirla. Yo, Jesús, os hablo.

Después junto a Mí, Mi Santa Madre fue también la persona que más vivió el Santo Evangelio y que puso en práctica todos los puntos que en él hay. Ella vivió la pobreza, la abnegación, el ayuno, el dolor, la humillación, ¡todo! Por eso, hijos Míos, Yo deseo que la honréis tanto, porque Ella en esta vida Me honró a Mí y a Mi Padre Eterno como ninguna otra criatura lo ha hecho. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo.

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