Repetid y rezad una y otra vez el canto de Mi Amada Madre y ofrecédmelo

Maravillas hizo en Mí el Poderoso ¡Gloria al Señor!  Hijos Míos, repetid y rezad una y otra vez el canto de Mi Amada Madre y ofrecédmelo, porque no podéis saber hasta que punto glorificó a la Santísima Trinidad ese cántico que salió de un Corazón Inmaculado como el de Ella, de una humildad como no ha existido otra después de la Mía y de un agradecimiento inmenso, pues cada vez que lo repitáis, no solo Me ofrecéis el rezo, sino también la intención y el amor con que Mi Santa Madre lo proclamó. Yo, Jesús, os hablo.

No tratéis de inventaros oraciones cuando tenéis en la fe católica y en la Biblia salmos y oraciones bellísimas inspiradas por Mi Santo Espíritu, que al rezarlos, rememoráis también el acontecimiento histórico y sobrenatural que se produjo en esa oración. Por eso, hijos Míos, el breviario Me es tan grato, porque contiene oraciones que rememoran hechos maravillosos de la historia de la salvación y, para muchos sacerdotes les resulta pesado, aburrido y desfasado del tiempo actual, porque ellos, al estar imbuidos del espíritu mundano no les gusta esta clase de rezos que tanto Nos agradan a Nosotros, la Santísima Trinidad. Yo, Jesús, os hablo.

El cántico de Mi Madre está lleno de gloria para Nosotros, Santísima Trinidad. Nos reconoce la merced que hicimos con Ella y en su pequeñez y, canta y alaba la grandeza de Dios Todopoderoso. Me es muy grato si lo proclamáis a menudo porque está inspirado por Mi Santo Espíritu, rememora un acontecimiento único en las historia de la salvación y porque salió de un Corazón Purísimo e Inmaculado como no ha habido otro. Yo, Jesús, os hablo.

Así pues, hijos Míos, rezad en vuestro plan espiritual con salmos y oraciones que rememoren la historia de la salvación, porque para la Santísima Trinidad todo es presente y oír de labios de los fieles cristianos esos rezos, Nos producen complacencia por el significado de los mismos. Yo, Jesús, os hablo. Mi paz a todo aquel que ponga en práctica este mensaje.