Miradme, hijos Mios, miradme Crucificado

17 junio, 2010

En el Cielo hay una gran alegria porque se le han reconocido sus virtudes heroicas

Verdaderos santos son los que han pasado su vida en una estrecha unión Conmigo, aunque no lleguen a ser canonizados. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, ha sido beatificado vuestro hermano Lolo, y en el Cielo, hay una gran alegría porque se le han reconocido sus virtudes heroicas que solo Yo se hasta donde alcanzó su heroísmo y hasta donde Mi gracia tuvo que asistirle para que no sucumbiera. Pero el ahora es un lucero con luz propia en el Cielo porque se ganó su gloria a base de cincel (sufrimientos) que le hizo ser un santo excepcional.

Pues cuando las virtudes se practican en medio de sufrimientos físicos y morales, la santidad que se alcanza es inigualable, porque superar cada día la batalla contra el dolor, las limitaciones, el sufrimiento, no todas las almas lo logran. Yo, Jesús, os hablo.

Lolo fue otro “cristo” en la tierra y cuando estuvo atado a su enfermedad, al igual que Yo cuando estuve atado de pies y manos (en la Cruz), es cuando más fructífero fue. Pero hijos, ved que hay otros muchos Lolos que no se les reconocen sus virtudes y que padecen sufrimientos intensos. Entre Mis enfermos hay muchos Lolos que cargan pesadísima cruz y, que solo en la otra vida sabréis la santidad y los méritos que alcanzaron.

Es de Mi agrado que reconozcáis las virtudes de hermanos heroicos como Lolo pero no creáis que lo tuvo fácil, no, su esfuerzo que superaba cada día fue continuo, rogándome constantemente a Mí y a Mi Santa Madre la gracia de la perseverancia final. El tuvo también gracias místicas que muchos desconocéis y que Yo le daba con el fin de animarlo a seguir adelante, fue una alma victima y ahora en el Cielo es un alma con una gran gloria. Yo, Jesús, os hablo.

Aspirad hijos Míos a la santidad heroica, venced vuestras batallas, venced la pereza, el pecado, el desaliento. Yo puedo y quiero daros todo, la gracia para seguir adelante, el gozo para que os gocéis en el sufrimiento y Me lo ofrezcáis con amor y alegría. Aspirad a ser cada instante más santos y cuando pase ese instante, aspirad a que el próximo (instante) aun sea mejor y, veréis como ser santos aunque se tenga que practicar toda clase de virtudes y eso os suponga un esfuerzo, veréis como ya sois felices y dichosos en esta vida donde estáis atados al cuerpo pero que os sirve para más merecer. Yo, Jesús, os hablo y os instruyo. Mi paz esté con todos vosotros.

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